Carteles en movimiento
spi. El 31 de octubre se presentará en el Technopark de Zúrich el libro “El cartel de la solidaridad tricontinental – Un espejo del tiempo de las luchas de liberación en el Tricont”. Los Vorwärts hablaron con los diseñadores de OSPAAAL Alfredo G. Rostgaard y Olivio Martínez, que presentarán sus dos carteles diseñados para promocionar el libro.
¿Cuáles son las raíces de la Organización de Solidaridad con África, Asia y América Latina (OSPAAAL)?
Alfredo Rostgaard (A): OSPAAAL se fundó en 1967 como una ONG con el objetivo de organizar la solidaridad entre los tres continentes de Asia, África y América Latina.
Olivio Martínez (O): La organización tiene su sede en Cuba desde la conferencia fundacional. También están adscritas las delegaciones permanentes de los grupos participantes de todo el mundo. Los congresos de delegados se celebran regularmente.
R: La revista Tricontinental se publica cada dos meses. Contiene, en cuatro idiomas, además de dichos carteles, textos principalmente políticos sobre los movimientos de liberación en los tres continentes, así como sobre el neoliberalismo y la privatización.
Nuestros afiliados, a diferencia del ICAP, siempre se refieren a los movimientos de liberación en los tres continentes. El ICAP, Instituto Cubano de Amistad entre los Pueblos, es una organización similar a la OSPAAAL, pero que organiza el apoyo a proyectos concretos – hospitales, escuelas – por parte de Occidente.
También está la Editora Política (EP). Sin embargo, el PE es una organización estatal encargada de la propaganda del Partido Comunista de Cuba.
Eso cambió en los años noventa. ¿Qué le parece este cambio?
R: Sí, es cierto. Nos hemos adaptado a los tiempos. Al principio todavía era una lucha contra las potencias coloniales, pero ahora la mayoría de las luchas por la liberación nacional se han ganado. No es que las luchas hayan cesado, sino que su objetivo principal ha cambiado.
O: En muchos países, los movimientos que llevaron a la creación de la OSPAAAL ya no existen. Los intereses actuales se centran en cuestiones más globales como el neoliberalismo o los dictados privatizadores del FMI y otros organismos internacionales. Tomemos el ejemplo del Tratado de Libre Comercio Interamericano (TLC). EE.UU. intenta utilizarlo para influir directamente en los demás Estados para poder gestionarlos mejor, para explotarlos.
Estas nuevas formas de administración también destruyen la riqueza cultural de cada país: la identificación de los individuos con su entorno se pierde cada vez más. Por eso el objetivo común básico ha cambiado, en Salvador como en Bolivia, en Colombia como en México, hacia la lucha contra el neoliberalismo y la privatización. Estas luchas son centrales y se necesitan más esfuerzos para resolver los problemas que surgen de ellas. Cuba está proporcionando apoyo técnico y logístico a esta lucha, incluso en un nuevo documento de apoyo a la lucha armada de hoy. Esta lucha ha cambiado, y continúa.
R: Sencillamente, por un lado tenemos una Norteamérica del presidente Bush apretando la tuerca y provocando situaciones difíciles. Y por otro lado, la esperanza a través de nuevos movimientos que se movilicen con nuevos medios contra estos EEUU del Sr. Bush, tanto a nivel comercial como con proyectos de intercambio.
O: Esto se puede entender bien con el ejemplo de Uruguay. Cuba apoya a su población con un programa de vacunación contra la hepatitis B. Bajo la presión de EE.UU., Uruguay prohibió el programa, pero nunca se puso fin a él: responde a las necesidades urgentes de la población y, por tanto, sigue funcionando hoy en día. Además, Cuba sigue muy implicada en otros países centroamericanos.
Los movimientos de liberación y su contenido común en tres continentes: ¿es esta programación la razón del éxito de los carteles de OSPAAAL?
R: Ciertamente. Pero, aparte de eso, me parece importante que también hayamos conseguido elaborar puntos comunes en términos formales. Nuestros carteles casi no tienen textos y trabajan más con imágenes gráficas. Es la comunicación visual.
Esto hace que los carteles sean comprensibles en todo el mundo, incluso en lugares y esto es un rasgo cultural común de los movimientos abordados donde la gente no escribe ni lee, donde la tradición es más oral o visual.
Pero los carteles sin texto son raros. Utilizamos cuatro idiomas: Inglés, francés, español y árabe. Las lenguas de los colonizadores. Los miles de dialectos que se hablan en los distintos países y continentes no podían servir de alternativa.
O: Lo que he notado en Suiza, por ejemplo, es que la gente entiende nuestros carteles. No es necesario traducirlos. No desde el punto de vista lingüístico, pero tampoco desde el punto de vista de la situación. Tienes que imaginarlo: Carteles que tienen treinta, algunos incluso cuarenta años. Y sin embargo: la gente los entiende, incluso en Suiza, donde su situación es muy diferente a la nuestra. Ya ves, funciona.
El cartel como programa político. ¿Por qué este libro? ¿Por qué Suiza en particular?
O: Por un lado, la calidad, la amplitud de este libro es estimulante. Esto sólo fue posible gracias a los numerosos contactos con profesores, estudiantes y artistas que pudimos aprovechar aquí.
Por otra parte, me di cuenta de que a muchas personas en Suiza les molestaba la omnipresencia de las armas, que aparecen una y otra vez en los carteles. Pero para nosotros, el arma significaba la única alternativa a la subyugación que nos imponían los movimientos los gobernantes, las potencias coloniales. No éramos libres de elegirlo. En muchas situaciones, no había ni hay otra opción que la lucha armada de liberación como respuesta a la dictadura, la tortura y el asesinato.
Participamos en este libro y vinimos a Suiza para presentar esta realidad, nuestra realidad, para hacerla comprensible para todo el mundo, para preservarla y desarrollarla más. Muy en la tradición de la OSPAAAL. El éxito obtenido hasta ahora nos anima a continuar.