La lucha de liberación tricontinental puesta en escena: El monumental libro de Richard Frick sobre el cartel cubano OSPAAAL.

“Escribir sobre los carteles de OSPAAAL es como hablar de un viejo amor”, señala Olivio Martínez, uno de los muchos diseñadores que han creado carteles para OSPAAAL, la organización de solidaridad para África, Asia y América Latina, desde 1967. Junto con Alfredo Rostgaard y Lázaro Abreu Padrón, Olivio Martínez figura en el libro El cartel de la solidaridad tricontinental como uno de los protagonistas que creen que la comunicación visual en concreto, el cartel es un medio eficaz de contrainformación política y puede contribuir a una sociedad más justa.

“¡Crea 1, 2, 3 Vietnams!”

En la década de 1960, Cuba se vio rodeada de levantamientos populares y de la respuesta marcial de las potencias imperialistas, principalmente de Estados Unidos, a la intensificación de la lucha de liberación en los Estados del Tricont. Esta situación impulsó la creación de la Organización con los pueblos de África, Asia y América Latina (OSPAAAL) como ONG. En enero de 1966 se celebró en La Habana la primera Conferencia Tricontinental. El dicho del Che “Crear 1, 2, 3 Vietnams” se convirtió en una obligación moral para Cuba. Así, Richard Frick escribe: “Uno de los valores más vitales de la Cuba revolucionaria es su internacionalismo”. Forma parte de la imagen que tiene Cuba de sí misma el apoyo a la lucha de liberación internacional, por un lado mediante información y propaganda específicas, y por otro lado en el compromiso práctico. Los especialistas viajaron a los países afectados para participar activamente, y viceversa, los jóvenes acudieron a Cuba para recibir una sólida formación.

Información y propaganda

Con Tricontinental, una revista cuatrilingüe con una tirada de 50.000 ejemplares a partir de 1967, la OSPAAAL creó su propio órgano para difundir eficazmente la contrainformación sobre los acontecimientos internacionales. La revista iba acompañada de carteles, que también llevaban un texto cuatrilingüe inglés, francés, árabe y español en determinados momentos y, más tarde, cuando se abandonó el árabe, aparecieron en tres idiomas. Mientras que la revista transmitía los complejos contextos sociopolíticos de las luchas de liberación, los carteles realizaban una labor de concienciación visual y llamaban visualmente a la solidaridad con los pueblos oprimidos. Los carteles de la OSPAAAL se distribuyeron ampliamente, se colgaron en fábricas, empresas y escuelas, en las calles y también en espacios privados, cumpliendo así la función original del medio de comunicación. La eficacia de la educación combinada mediante información y propaganda es demostrable. La población cubana pronto tuvo un conocimiento más profundo de los acontecimientos internacionales, siempre desde la perspectiva de los oprimidos. El historiador de arte cubano Jorge R. Bermúdez y también Mirta Muñiz, periodista y ex directora de la Tricontinental, señalan explícitamente en su contribución al libro El cartel de la solidaridad de la Tricontinental que encontraron el internacionalismo a través de la obra de la OSPAAAL. Los carteles también atrajeron mucha atención en los países por los que expresaban su solidaridad. Pero la prueba más clara de la eficacia del medio de comunicación es probablemente el hecho de que los carteles de OSPAAAL también fueron falsificados por las organizaciones opositoras para desacreditar a OSPAAAL y acusarla de estar en la oposición.
Enfocar la historiografía y la imagen para los oprimidos

El libro El Cartel de la Solidaridad Tricontinental repite el planteamiento de enlazar información y propaganda de la OSPAAAL de forma condensada. El mérito especial de este libro opulento y generosamente diseñado es, por tanto, ofrecer también diferentes “lecturas”. En primer lugar, se trata de un libro de historia ricamente ilustrado y dedicado exclusivamente a la historia de las luchas armadas de liberación, a menudo olvidada en la historiografía oficial y en los informes de los medios de comunicación occidentales. El trasfondo sociopolítico de las revueltas populares se recuerda en las detalladas aportaciones textuales de René Lechleiter, y con ello también su actualidad. Corresponde al enfoque deliberadamente elegido por el editor Richard Frick de echar una mirada centrada en aquellos acontecimientos que normalmente sólo atraen el interés de los medios de comunicación desde la perspectiva de la política de poder imperialista.

Un segundo enfoque surge cuando inicialmente sólo se lee el mensaje visual de los carteles. Los carteles de la OSPAAAL se yuxtaponen a los textos de Lechleiter, subrayando así su finalidad política. Esto es digno de resaltar, ya que el cartel cubano, hoy en día una codiciada pieza de coleccionista en Occidente, ya ha sido apreciado internacionalmente en exposiciones y publicaciones, pero en su mayoría reducido a aspectos formales, integrado en un discurso puramente estético y tratado como parte de la historia del cartel internacional. Esta nueva publicación se resiste a este concepto por su disposición y, por lo tanto, también socava cualquier intención de hacer inofensiva la contrainformación política al apropiarse y descuidar el contexto. El libro de Richard Frick Das trikontinentale Solidaritätsplakat (El cartel de la solidaridad tricontinental) tampoco niega la calidad visual y el potencial creativo de los carteles de la OSPAAAL, por ejemplo, al incluirlos en el libro sólo como ilustraciones de pequeño formato para acompañar el texto. En cambio, los carteles se reproducen en gran formato en papel especial con la mejor calidad de impresión y con pantallas de frecuencia modulada. Este cuidado de los carteles es el más bello reconocimiento de las obras y de su valor intrínseco. No se valoran los muy diferentes enfoques estéticos; la disposición de las ilustraciones sigue enteramente el contenido temático.

Un nuevo lenguaje visual

“Queríamos establecer una comunicación clara, directa o indirecta, pero original, y no desdeñamos ninguna influencia que nos permitiera ser eficaces y contemporáneos”, escribe Alfredo Rostgaard en El cartel de la solidaridad tricontinental. De este modo, capta con precisión la calidad del cartel cubano desde 1959. Hasta la revolución, Cuba no tenía una tradición cartelística propia. Este mismo hecho representó una oportunidad para la Cuba revolucionaria. El cartel fue redescubierto como un medio de comunicación de masas en el sentido de un medio en el proceso de emancipación del pueblo. La mayoría de los diseñadores de carteles tenían formación académica artística y reconocieron en el diseño de carteles una oportunidad ideal, comparada con la pintura de caballete, para participar directamente en la transformación revolucionaria de la sociedad y superar la tensión entre estética y utilitarismo. La política cultural liberal de Fidel Castro libertad absoluta de arte en el marco de la revolución y las acaloradas discusiones sobre la forma y el contenido marcaron el clima de la época. El Che Guevara se posicionó firmemente tanto contra las corrientes artísticas burguesas como contra el realismo socialista. También se rechazó el estilo folclórico del cartel chino, impregnado de culto a la personalidad. La imparcialidad con la que los carteles cubanos mezclan las influencias internacionales de la vanguardia contemporánea con la tradición cultural propia del país es lo que hace que los carteles cubanos sean tan originales. En el cartel solidario tricontinental se integran también elementos pictóricos de las culturas populares por las que los carteles expresan su solidaridad. Así pues, el cartel cubano posrevolucionario se caracteriza por un pluralismo estilístico que se debe a las diferentes formas de apropiación de estas influencias y a la impronta artística individual. La amplia renuncia a los elementos tipográficos en favor de una mayor comprensibilidad, incluso para la población analfabeta, es característica de los carteles de la OSPAAAL. Mediante la brevedad pictórica, la concisión simbólica, la metáfora humorística y la exaltación poética, abrieron nuevas vías para la comunicación visual como medio eficaz de la política.

Unidad de contenido y forma

Dugald Stermer rindió homenaje al cartel cubano ya en 1970 con una publicación de gran formato. El desarrollo posterior del cartel de la OSPAAAL y su continuidad, por supuesto, no se podía captar aún en aquel momento, como mucho se podía anticipar proféticamente. El sindicato de la comedia también señaló las características del diseño de los carteles cubanos en una temprana contribución de Hans-Rudolf Lutz en 1972 en el Typografische Monatsblättern. En 1997 se publicó por primera vez en Italia una edición completa sobre el cartel de la OSPAAAL, aunque con poca investigación y mala calidad de impresión.

La unidad de contenido y forma expresada en los carteles de OSPAAAL también caracteriza esta última publicación sobre el cartel de OSPAAAL. Con él, Richard Frick cierra varias brechas. Se trata de la publicación más completa sobre el cartel de la OSPAAAL, que abarca todos los carteles conocidos con 340 obras. Además, la participación activa de los diseñadores en el proceso de producción ha corregido muchos errores de atribución de otras publicaciones. Al igual que el Tricontinental, el libro es cuatrilingüe, con un color diferente asignado al texto en cada idioma. En el generoso diseño del libro, obra de Richard Frick, los distintos elementos del libro textos multilingües, diferentes tipos de texto, sección introductoria y sección histórica, ilustraciones de pósteres y un extenso apéndice se enlazan de forma segura y clara. Los recortes marginales de los carteles funcionan como ayudas adicionales de orientación en la primera parte del libro. Además de los tres cartelistas Alfredo Rostgaard, Lázaro Abreu Padrón y Olivio Martínez, otros cubanos conocedores de la obra de la OSPAAAL también comentan sobre la OSPAAAL y el poder visual del cartel tricontinental en la primera parte. La segunda parte del libro pertenece íntegramente a los carteles de la OSPAAAL, cuyo mensaje adquiere nueva relevancia a través de los textos de Lechleiter. Como introducción a cada uno de los tres capítulos África, Asia y América Latina, se han elegido mapas geográficos en los que se marcan en color los lugares de las luchas.

El apéndice informativo muestra carteles de OLAS, una organización de solidaridad paralela que sólo existió brevemente, así como carteles falsos de OSPAAAL de organizaciones amigas y contrarias. Los 340 carteles de la OSPAAAL conocidos hasta la fecha están de nuevo documentados cronológicamente en miniatura. Una lista de los diseñadores del cartel solidario tricontinental, una lista de los días solidarios y las biografías de los autores completan la publicación. Cada una de las 200 ediciones especiales contiene un póster de Olivio Martínez y Alfredo Rostgaard, realizado especialmente para el libro.

Richard Frick y René Lechleiter, editores/diseñadores y autores principales del libro, están predestinados a esta inusual publicación, ya que ambos se dedican al diseño y a la solidaridad política activa: una obra de referencia informativa sobre la historia, a menudo olvidada y de gran actualidad, de las luchas de liberación, que además proporciona un placer sensual.

Bettina Richter